In memoriam Dr Ramiro Martín de Dios

Ramiro Martín de Dios, uno de los hemodinamistas pioneros de nuestro país. Zamorano de nacimiento y carácter (parco y franco), se formó como médico y cardiólogo en la Complutense y en el Departamento de Exploración Cardiopulmonar del Clínico San Carlos con el Dr. Zarco y en el Hospital de La Paz. Amplió su formación en EEUU, en el St. Luke’s Medical Center, con otro de los pioneros de la Hemodinámica, el Dr. Geoffrey Harztler, también fallecido prematuramente.

Ramiro integró el equipo de Hemodinámica del Hospital Ramón y Cajal desde 1979 durante 20 años, junto con el Dr. Pey y el Dr. Barcia, realizando la primera angioplastia en dicho centro en el año 1984 en el seno de uno de los centros de referencia del país. De esa etapa destacar también su actividad investigadora con numerosas publicaciones y la Vicepresidencia de la SEC en 1986-1987. Desde 1999 pasó a la actividad privada, dónde ha ejercido estos últimos 20 años como jefe de la Unidad de Cardiología Intervencionista de la Clínica Ruber Internacional.

Todos los antiguos residentes del Ramón y Cajal recordamos de su docencia como nos temblaban las piernas cuando las cosas no salían a la primera dado su alto nivel de exigencia, pero también con simpatía sus muchas anécdotas, como cuando nos contaba cómo fue degradado en el servicio militar a camillero de segunda por su carácter temperamental.

Ramiro era una persona especial, tenía mucho carácter, algo que a veces echamos en falta en la sociedad actual, no era de medias tintas, pero le veías venir, no tenía dobleces. Era un amante del ejercicio físico y del deporte, rebelde, inconformista. Y lo demostraba con su atrevida forma de vestir, desde luego no le gustaba pasar desapercibido. Era admirable su optimismo, sus ganas de vivir, su buen humor, demostrándolo hasta los últimos momentos de su vida. Y desde el punto de vista profesional, llamaba la atención su arrojo, no le asustaba nada, se metía (a veces sin pudor) en los casos más complejos.
Los últimos años habían sido especialmente duros por su penosa enfermedad y la dolorosa y reciente muerte de su mujer, pero eso nunca evitó que acudiera puntual con su habitual inquietud profesional a los congresos de referencia y tuviera 5 minutos para interesarse amablemente por ti y por los tuyos y recordar viejos tiempos.

Nuestra Asociación de Cardiología Intervencionista pierde por desgracia otro de sus miembros pioneros, aunque sus enseñanzas y bien hacer siempre permanecerá con todos nosotros. Un recuerdo y un abrazo afectuoso a sus hijos, que todavía estaban asimilando una pérdida reciente y ya tienen que afrontar esta otra.
Descansa en paz, Ramiro.

Fernando Lozano Ruiz-Poveda y Salvador Alvárez Antón